Funciones Mentales y Psicopatológicas
Las funciones mentales son procesos psicológicos básicos que nos permiten interactuar con el mundo, conocernos a nosotros mismos y adaptarnos. Son las capacidades que usamos para pensar, sentir, percibir, decidir y relacionarnos.
Estas funciones son fundamentales para la vida cotidiana y suelen evaluarse en psicología clínica y psiquiatría para detectar posibles alteraciones psicopatológicas.
Podemos dividir estas funciones en tres grandes subcategorías: cognitivas, afectivas y vitales.
COGNITIVAS
Las funciones cognitivas son los procesos mentales que nos permiten adquirir, procesar, almacenar y usar la información para interactuar con el mundo que nos rodea. Son fundamentales para el aprendizaje, la toma de decisiones y la adaptación a nuestro entorno.
Se les llama también funciones superiores, porque requieren un nivel avanzado de organización cerebral y son propias del ser humano.
AFECTIVAS
Las funciones afectivas comprenden la capacidad del individuo para experimentar y expresar emociones y sentimientos, así como regularlos adecuadamente, influyendo directamente en el estado de ánimo, la motivación y la relación con el entorno.
Estas funciones incluyen la afectividad, las emociones y los sentimientos. Según el DSM-5, las alteraciones en estas funciones se evidencian en trastornos como los trastornos depresivos, bipolares y trastornos de ansiedad, donde la afectividad se ve gravemente afectada (American Psychiatric Association, 2013).
VITALES
Las funciones vitales son aquellas funciones mentales y biológicas básicas que aseguran la supervivencia, el mantenimiento del equilibrio interno (homeostasis) y la continuidad de la especie.
Incluyen procesos esenciales como el sueño y la vigilia, la alimentación y el control del apetito, la sexualidad y la regulación de funciones vegetativas automáticas (ritmo cardíaco, respiración, digestión). Estas funciones son instintivas y están profundamente vinculadas a la biología, pero también son moduladas por factores psicológicos y sociales.
Conciencia
El sistema reticular activador ascendente (SRAA), ubicado en el tronco encefálico, es clave para mantener la vigilia y el estado de alerta. Su interacción con áreas corticales (lóbulos frontales y parietales) regula el nivel y la claridad de la conciencia. Lesiones en estas estructuras pueden producir alteraciones como delirium o coma (Kaplan & Sadock, 2017).
Atención
La atención como una de las funciones cognitivas clave, particularmente en la evaluación de los trastornos neurocognitivos.
En el DSM-5, la atención se describe como la capacidad para centrarse de manera sostenida, selectiva y dividida en estímulos o tareas, y es fundamental para otras funciones cognitivas como la memoria y el aprendizaje.
Percepción e Imaginación
Las alteraciones de la percepción e imaginación son modificaciones patológicas en la manera en que el individuo experimenta y construye la realidad, afectando tanto la captación de estímulos externos como la elaboración de imágenes o representaciones internas.
Por un lado, las alteraciones de la percepción se refieren a distorsiones en la forma en que se reciben, interpretan o simbolizan estímulos reales del entorno.
Por otro lado, las alteraciones de la imaginación implican la creación de imágenes, ideas o narraciones internas que el sujeto vive como reales, aunque no tengan un estímulo externo que las origine.
En conjunto, estas alteraciones muestran cómo la percepción y la imaginación pueden entrelazarse y trastocarse, revelando la vulnerabilidad de los mecanismos mentales que nos permiten interpretar el mundo y construir nuestra identidad. Analizarlas no solo ayuda a comprender el funcionamiento de la mente en condiciones patológicas, sino que ofrece una ventana privilegiada al modo en que cada persona organiza y da sentido a su experiencia subjetiva.
Memoria
Las alteraciones o trastornos de la memoria son modificaciones patológicas en la capacidad para registrar, almacenar, conservar y recuperar información o experiencias pasadas.
La memoria es una función mental esencial que nos permite construir la continuidad de nuestra identidad, aprender del pasado y planificar el futuro. Cuando se altera, el individuo puede presentar dificultades para recordar eventos recientes o antiguos, crear falsos recuerdos o tener problemas para evocar datos precisos.
Pensamiento
Los trastornos del pensamiento son alteraciones en la forma, el curso o el contenido del pensamiento, que afectan la manera en que la persona organiza, asocia y expresa sus ideas.
El pensamiento es la función mental superior que nos permite razonar, reflexionar, planificar, solucionar problemas y comunicar nuestras ideas de forma coherente. Cuando está alterado, puede manifestarse como dificultad para mantener un hilo lógico, presencia de ideas falsas o irracionales, o asociaciones ilógicas y desorganizadas.
Afectividad
Los trastornos de la afectividad son alteraciones en la experiencia y expresión de las emociones y sentimientos, que afectan el estado de ánimo y la manera en que una persona se relaciona consigo misma y con el entorno.
La afectividad es la capacidad de sentir y expresar emociones (como alegría, tristeza, miedo, ira), y cumple un papel fundamental en la motivación, las relaciones interpersonales y la percepción de la vida. Cuando se altera, puede manifestarse como un aumento, disminución o inadecuación del estado emocional.
Lenguaje
Los trastornos del lenguaje son alteraciones en la comprensión, producción o uso del lenguaje oral, escrito o gestual, que afectan la capacidad de comunicarse de manera efectiva y coherente con los demás.
El lenguaje es una de las funciones mentales superiores más complejas, indispensable para el pensamiento simbólico, la socialización y la expresión emocional. Cuando se encuentra alterado, pueden existir dificultades para encontrar palabras, formar oraciones, articular sonidos o comprender mensajes.
Sueño
Los trastornos del sueño son alteraciones en la cantidad, calidad o en los horarios del sueño, que afectan el descanso y el funcionamiento físico, mental y emocional de la persona durante el día.
El sueño es una función vital que permite la recuperación física y psíquica, consolidar la memoria, regular emociones y mantener la salud general. Cuando se altera, puede presentarse dificultad para iniciar o mantener el sueño, somnolencia excesiva, movimientos anormales durante la noche, o cambios en los ciclos de sueño-vigilia.
Sexualidad
Los trastornos de la sexualidad son alteraciones en el deseo, la excitación, el comportamiento o la satisfacción sexual, que causan malestar significativo en la persona o dificultades en sus relaciones interpersonales.
La sexualidad es una dimensión fundamental del ser humano, que abarca aspectos biológicos, psicológicos y sociales. Cuando se altera, puede manifestarse como falta o exceso de deseo, dificultades en la respuesta sexual o presencia de intereses y conductas sexuales atípicas.
Conducta Alimentaria
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son alteraciones graves y persistentes en los hábitos de alimentación y en la relación con la comida y el cuerpo, que afectan negativamente la salud física y mental, así como el funcionamiento social y emocional de la persona.
Estos trastornos suelen estar asociados a una percepción distorsionada de la imagen corporal, un miedo intenso a ganar peso y una preocupación excesiva por el peso y la figura, lo que lleva a comportamientos alimentarios extremos y dañinos.
Impulsos
Los trastornos del control de los impulsos son alteraciones en la capacidad de resistir un impulso, deseo o tentación de realizar un acto que resulta perjudicial para uno mismo o para los demás.
La persona experimenta una sensación creciente de tensión o excitación antes de realizar el acto, seguida de placer, gratificación o alivio en el momento de llevarlo a cabo. Sin embargo, luego puede aparecer culpa o arrepentimiento.
Estos trastornos reflejan una dificultad para regular el comportamiento y controlar la urgencia interna, afectando la vida personal, social y ocupacional.
Psicomotricidad
Los trastornos de la psicomotricidad son alteraciones en la coordinación, velocidad, precisión o control de los movimientos corporales, que reflejan un compromiso en la integración entre la mente (psique) y el cuerpo (motricidad).
La psicomotricidad implica la relación entre procesos mentales y la capacidad para ejecutar movimientos voluntarios y expresivos. Cuando esta se ve alterada, puede afectar la postura, el tono muscular, la expresividad y la capacidad para realizar movimientos coordinados y adaptados al contexto.